miércoles, 9 de febrero de 2011

Pero compadre, qué vaina es esa?

Disculpen si soy muy bruto, muy básico, muy común. Tal vez eso de los lenguajes
técnicos no se me da, en especial el jurídico y miren que llevamos años viendo
y escuchando a cientos de famosos constitucionalistas que día a día salen en radio,
TV, prensa, Internet y en donde puedan.

Admito que no tengo el nivel para entenderlos, no sé si soy el único, me imagino
que a muchos les dará pena admitirlo, pero desde que asumí que es mejor
vivir con la vergüenza de no saber que con la ignorancia de saberlo todo,
pues pregunto y ya.

No sé ustedes, pero cuando escucho a uno de estos bien comidos doctores decir que
algo es írrito, yo me IRRITO, cuando lo escucho decir que algo es ad litio,
admito que el litio mejor me lo dan a mí. Cuando algo es "legalmente un atropello"
no entiendo nada de ello. Cuando algo es eyusden, pues que les den,
como dirían los españoles. Mi latín a estas alturas no supera las descripciones
del coyote y el correcaminos.

Sin embargo son las prima donas de los medios, como les encanta llamar a uno de estos
señores, todos profesores de alguna universidad (ahora pregunto yo, es que acá
abren escuelas de derecho con la misma facilidad con la que abren parasistemas?).
Todos prestos a aclarar (sí, claro) que algo es anticonstitucional,
que está viciado de nulidad, cuando sus propias palabras son nulas por vacías.

Decir, con palabras sonoras, lo que todos sabemos, en horarios estelares, de un medio
a otro, se ha convertido en una manera de oposición que no llega, pero que llena
oídos de sordo que no quieren escuchar nada más

Me recuerdan un chiste que más o menos va así:

Está un pescador en su faena, lanzando su red, cuando un poeta se le acerca
y lo interrumpe, preguntándole qué hace. El pescador le aclara que está pescando
y le pregunta a su vez quién es él. El poeta le dice que es un poeta y el pescador
le responde: "pero compadre, qué vaina es esa? El poeta le explica, le pregunta su
nombre. Juan Padilla dice el pescador. El poeta con grandes aires recita:

Juan Padilla, Juan Padilla
Cuando entras al mar
El agua te da por las rodillas.

Poco impresionado, el pescador le dice que él también es poeta y le pregunta por
su nombre. Carlos Angulo. El pescador habla.

Carlos Angulo, Carlos Angulo
Cuando entras a la mar
El agua te da por las rodillas.

Sobrado y de manera burlona, el poeta le dice que eso no rima, a lo que el pescador
contesta:

No rima ahora, pero espera que suba la marea.

El tiempo de las palabras adornadas y nulas por vacías debe agotarse
O la marea los va a ahogar.

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