jueves, 30 de abril de 2009

A la ligera

Vive la vida con velocidad
o ella te puede dejar atrás,
vive la vida con tenacidad
y te aseguro que disfrutarás.

No es un consejo y ni nada así
simplemente es lo que sé
de una vida que viví
y en la que poco descansé.

Vive la vida a la ligera,
disfruta lo que hay que vivir.
aprende las lecciones a la primera
vive, para no sobrevivir.

La edad de la calma nos visitará, 
cuando nos llegue la madurez,
acéptala, pues te acompañéa
hasta bien entrada la vejez.

Y aún en tus años dorados
vive la vida a la ligera
porque son años adorados
que marcan el final feliz de tu era.


lunes, 27 de abril de 2009

Algo más que ficción

"Si la televisión lo dice, debe ser verdad"

Esta frase pertenece a un capítulo de la serie animada Garfield, donde el gato holgazán vive sus aventuras. En el capítulo en cuestión existe un programa de TV que muestra diferentes situaciones que más allá de ser creíbles o no, son incuestionables, porque la televisión siempre dice la verdad.

Ultimamente tres programas de TV, en especial de ciencia ficción, han planteado entre las líneas de sus diálogos, tres verdades i, tres reflexiones que por simples y esclarecedoras pudieran ser hasta dolorosas.

La primera de ellas viene del remake de Battle Star Galactica, una antigua serie basada en unas naves espaciales que huían de unos robots creados por el hombre y que se revelaron en su contra (salvo los buenos de C3PO y R2 D2, pareciera que el tema de guerra máquinas humanos es inevitable por la sed de revancha de los hechos de ojalata). 

La serie actual cuenta la misma historia, la batalla entre los humanos de los 12 planetas y los Cylons. En el primer capítulo los Cylons atacan a los 12 planetas en un cobarde ataque, tan inesperado como mortal.  Mientras eso ocurría, la astronave de Combate Galáctica estaba siendo convertida en un museo volador. Es en ese momento que surge la frase irrefutable. Durante su discurso del despedida el comandante de la nave (Bill Adama, interpretado por Edward James Olmos) habla sobre las guerras de la humanidad, de cómo jugaron a ser dioses y crearon una vida que vino a cazarlos. Finalmente cierra con esta pregunta: "después de todo lo que la humanidad se ha hecho a sí misma, merece de verdad haber sobrevivido?"

La pregunta, por más ruda que sea, por más sabor a metal oxidado que pueda dejarnos en la boca, tiene su encanto. Estamos matando a nuestro planeta, estamos matando a nuestros hermanos. Seguimos asesinando y muriendo porque nuestro Dios es el verdadero. Somos la raza que creó las drogas, la prostitución infantil, que perfeccionó el como matarse a sí misma y cada vez lo hace mejor. Merecemos sobrevivir?

El segundo ejemplo viene de la serie Los 4400, una obra de arte de la ciencia ficción que nos cuenta la vida de 4400 persona que fueron raptados por OVNIS y que son devueltos a la tierra tiempo después. Pero resulta que los OVNIS son máquinas del tiempo (fascinante idea) y cada una de estas 4400 personas ha sido devuelta con un poder especial para, oh sorpresa, salvar la tierra de los daños que nosotros mismos le hemos causado.

Lo malo es que un súper poder puede causar súper complicaciones, como la serie lo muestra. Mientras unos usan sus poderes para el bien, otros lo hacen para el mal. La dicotomía buen/malo elevada en muchas potencias.

Un personaje en particular, Jordan Collier, crea toda una revolución en torno a su figura y a su divinidad, dando pie a una suerte de secta de poderosos, donde se congregan algunos de los 4400 para seguir sus evangelios, que no son otros que la eliminación del modelo de vida actual, del hombre como lo conocemos para ser reemplazado por uno especial. La lógica de Collier es simple, eliminar al diferente, antes que éste nos elimine a nosotros. Total, los otros no merecen vivir.

La última línea es más antigua, de los Expedientes Secretos X, en su primera temporada, un capítulo llamado Hielo. En un casquete polar existía una base de investigación a la cual llega un grupo de científicos para hacer sus estudios. Por culpa de una suerte de lombriz que invadió sus cuerpos, los científicos comenzaron a matarse unos a otros. Uno de los sobrevivientes graba un video en el que, poco antes de matar a su último compañero y morir él también, dice: "no somos lo que éramos antes". 

Sólo que, dolorosamente, este grupo de civilizados científicos pasó a ser lo que la humanidad siempre ha sido, un grupo de asesinos sin control. Pasaron a ser lo que "hemos sido por años".

Lamentablemente, la televisión lo ha dicho y nuestra historia se ha encargado de mostrarnos que es verdad.


Perrea mami, perrea (o el oscurantismo hecho ruido)

Es para preocuparse, no puede ser para menos, cuando el mundo entero se rinde a los pies de algo como el regetón, cuando el mundo le abre las piernas a un genero musical que no reivindica ninguna lucha, que no eleva ningún valor y que mucho menos exalta un gentilicio. 

El regetón nace carente de un valor más allá del musical (soy melomano, no músico, así que le daré algo de valor musical), nace adoleciendo del poder de discurso social del R&B, del espíritu de reto del Rap o del HipHip. Mucho menos el poder de queja de la trova cubana, del canto libertario de la música irlandesa, del contestatario rock brasileño, pero en especial, el regetón es una bofetada al movimiento feminista y a cualquier esfuerzo de dignificación que puede hacerse donde hoy en día, aún, exista discriminación sexual en detrimento de la mujer.

Eso es lo que más me cuesta entender.

Cómo las mujeres son las más atraídas por un género musical que las coloca en el piso, como objetos sexuales nada más? Si antes dije que el mundo le abrió las piernas a esto, las mujeres en especial parecen haber hecho lo mismo, pero para dejarse ultrajar.

No quiero pecar por moralista, ni por pacato, la sensualidad o entrega con la que cada quien baile el regetón me es lo de menos. Tampoco voy a negar lo atractivo que puede ser ver a una mujer bailándolo, nada de eso entra en tela de juicio. Como dije, me cuesta entender que a una mujer la insulten y tome el insulto gustosa y con buen ritmo en la cadera.

Parece que entre blin blin y perreo me perdí de algo. Pero menos mal, a veces la ignorancia salva. 


"No hay nada más peligroso que un hombre con nada que perder, nada por lo cual vivir y nada que probar" (I can see now. Dead Can Dance).

Bueno, de algo tenemos que alegrarnos los venezolanos, en este país nadie pierde, pocos ganan y al parecer nadie, pero absolutamente nadie tiene algo que probar y a las pruebas me remito.

Ejemplo 1: luego de las elecciones para alcaldes y gobernadores, ambos bandos se declararon ganadores. Uno porque sacó más votos y funcionarios y el otro porque creció en cantidad. Empate a uno, podríamos decir? 

El problema fundamental es que ninguno de estos funcionarios pareciera tener algo que probar para mantener su legitimidad. Los unos por acólitos, perros falderos y jaladores de oficio. Los otros porque se apalancan en los 7oo mil, 800 mil, más o menos votos que obtuvieron y especialmente porque creen que en 100 días o más ya han hecho mucho. 

Ejemplo 2: diás antes de la nacionalización de Ternium SIDOR los sindicatos pedían a gritos la intervención del gobierno nacional, para acabar las injusticias del opresor. Y llegó la nacionalización y con ellas la ganancia. Por favor, dale retroceder a esta cinta y veamos de nuevo lo que pasó. En plena celebración por el éxito (recordemos, nadie pierde), pues a los guerreros sindicalistas les cayó un balde de agua fría (por no decir lo que les vino encima de verdad, producto de la misma que ellos pusieron), se les volteó la tortilla, ahora el gobirno les cambió la jugada, ya no va la contratación colectiva, ni menos los logros alcanzados, se les viene la economía socialista. Lo bueno de todo es, en voz de un sindicalista "que el movimoento sindical no está derrotado, está pie de guerra" 

Nada que perder, vivir de la nada y qué es eso de probar?


domingo, 26 de abril de 2009

Más de10 años perdiendo y 10 años perdidos

El béisbol y la vida tienen mucho en común, mucho más de lo que se puede pensar. Hay una analogía que dice que se parecen tanto que se pueden resumir de esta manera: una persona sale de su casa (dogout), a enfrentarse al día (un turno al bate), si tiene éxito alcanza la primera base, dependiendo de su impulso puede ir a segunda o a tercera de una sola vez. Con la ayuda de otros, y en base a sus habilidades, sigue avanzando hasta llegar al home y anotar una carrera (vuelta a la casa), donde lo esperan para celebrar su éxito y el del equipo (familia). Si el bateador falla, el béisbol, como la vida le da otra oportunidad.

Otra cosa que une a la vida con el juego de los bates y las pelotas, es el ganar y el perder. Ganar es contagioso, pero lamentablemente perder también lo es.

Como fanático de los Orioles de Baltimore, éste, quien escribe, ha visto a su equipo alcanzar 11 años consecutivos con récord negativo, es decir, cada año con más juegos perdidos que ganados, 11 temporadas de ilusiones primaverales venidas a menos y rotas con las realidades del verano, al ver al equipo sin chance en los meses calientes del año, lo que hace de julio el mes donde la realidad derrite las pocas esperanzas que nos quedan.

De nuevo, cuánto se parece la vida al béisbol.

En Venezuela llevamos 10 años de récord negativos. Llevamos 10 años en lo que, al comienzo, nos llegaron esperanzas primaverales, pero con el tiempo un largo verano nos ha derretido muchas esperanzas.

Lo que es peor, la vida nos ha dado muchas oportunidades para cambiar el rumbo, para voltear el juego a nuestro favor, pero aún así seguimos perdiendo, seguimos dejando los hombres en posición anotadora, incapaces de conseguir una victoria dramática. Apenas un par de veces nos hemos ido arriba en el juego, sólo para ver al bullpen botar la ventaja. Lo malo es que últimamente hasta los umpires cantan bolas los strikes que lanzamos. Pero hay que seguir pitchando, buscando las esquinas, tratando de engañar a los bateadores, no dejar la bola en el medio para que nos bateen.

Los Orioles, durante estos 11 años han sufrido la ineptitud de Peter Angelos, dueño del equipo, quien a su antojo ha contratado y despedido a una buena cantidad de personas en los cargos gerenciales del equipo, desde los Gerentes Generales hasta los managers, quienes al final no han tenido mucho efecto en la suerte del equipo del señor Angelos. Él es el mandamás.

Ay Venezuela cuánto te pareces a los Orioles.

Esto me lleva a otra reflexión, quién romperá primero su racha perdedora?

10 años después todavía le apuesto a Venezuela, porque En la vida y en el béisbol no se puede perder siempre.

Por lo menos queda una certeza, el béisbol castiga cuando se juega mal, al final, la vida también.