lunes, 23 de abril de 2018

Paciencia (2)


Tiempo le dan al tiempo,
porque debe trabajar,
mientras uno busca aliento
cuando le toca bajar.

La cosa no es tan sencilla,
ni debe tomarse a la ligera,
es como quedarse sin silla,
y sentarse en la escalera.

La paciencia entre la adversidad,
no es una herramienta de moda,
no se aprende en la universidad,
ni la aprendemos por joda.

Ante la desgracia, la calma,
no se debe caer en desespero,
se debe proteger el alma
de la angustia y sus aperos.

Grita, hazlo del corazón,
desahogarse con fuerza es necesario.
Pero, no cedas a la desazón,
que vivir es algo diario.

Paciencia, paciencia y más paciencia.
Busca la luz en la oscuridad,
recuerda que buscas, en esencia,
vivir en plena felicidad.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Sin pecado concebido

Una de las principales fantasías del catolicismo y del cristianismo, es el pecado original, según ellos, todos venimos al mundo con un pecado en nuestra vida, una suerte de meme de culpabilidad que nos acompaña desde que recibimos la nalgada post parto.

Sin embargo, todo esto del pecado original tiene algunos puntos totalmente incompatibles, no solo con la razón, que es algo obvio, sino con las mismas creencias religiosas y escrituras que lo sustentan, por un lado y con las aceptaciones que los líderes religiosos han hecho sobre el principal aspecto que condenó a la humanidad a nacer con tal pecado.

El primer punto toca algo elemental, el pecado original se da en el Génesis, primer libro del Antiguo Testamento, sucedió, vale recordarlo, porque Eva y luego Adán consumieron del futo prohibido, luego de ser engañados por, nada menos que, una serpiente parlante. El acto de comer manzana condenó a la pareja a tener conocimiento del bien y del mal, de su realidad. Primera muestra de lo que serían las religiones, obediencia ciega enfrentada al conocimiento, el saber es pecado.

Así pues, Dios condenó al hombre a labrar la tierra y ganarse el pan con el sudor de su frente, a la mujer a dar a luz con dolor y a la serpiente, la verdadera culpable del fraude, a arrastrarse sobre su viente. Que esta relación de justicia no sea escandalosa y atroz para todos, es algo que no entiendo. Pongámosla en palabras sencillas, acá se castiga con más fuerza a las víctimas de un fraude, que a quien lleva a cabo el fraude, así de simple, Eva y Adán fueron engañados por la serpiente, fueron víctimas de su verbo tentador y falso, pero ellos son los que llevan la mayor pena.

La segunda sentencia de Dios sobre los hombres es que sus hijos iban a cargar, de por vida, con el peso de este pecado, pasando de padres a hijos por todas las generaciones de la humanidad. Nace así el pecado original, fácilmente lavable con el agua bendita del bautismo.

Acá es donde viene la primera gran contradicción entre los libros. En el Nuevo Testamento nos dicen, con claridad, que Cristo vino a la tierra a morir, en un nefasto sacrificio, por el perdón de los pecados, la salvación y la vida eterna, el perdón de los pecados incluye el pecado original.

Esto nos lleva a una simple pregunta, si murió por el perdón de los pecados, ¿por qué seguimos naciendo con el pecado original? Parece que su muerte fue totalmente en vano, si a casi 2000 años del sacrificio en la cruz, aún seguimos hablando del pecado original y de la necesidad del bautismo. Una explicación radical, pero al menos con cierta lógica dentro del sinsentido, es que a fin de cuentas, Cristo no está muerto, al resucitar, no hay muerte que haya lavado el pecado, el original o cualquier otro, para ser coherentes en algo.

Sin embargo, no podemos racionalizar algo que no tiene sentido.

El segundo punto es más inquietante aún.

La Iglesia Católica ha admitido la imposibilidad de la existencia de Adán y Eva y se refieren a ella como un dogma de fe, como una matáfora para entender el poder de Dios. Bien, una admisión importante, pero aparentemente inútil para la razón, pues la humanidad católica sigue naciendo condenada por el pecado que dos seres inexistentes nunca cometieron. Analisemos esto, de nuevo, con un ejemplo sencillo, Adán y Eva son culpables de un crimen y sentenciados a cadena perpétua, sin embargo, la evidencia posterior demuestra que ellos nunca estuvieron en el sitio del crimen, que es imposible que hayan cometido delito alguno y que todo lo que los incrimina es una creencia no sustentada. Sin embargo, no son exculpados, quedan condenados por toda la vida y peor, usados como ejemplo para el escarmiento de todos.

Aparantemente, a fin de cuentas, todos somos "sin pecado concebidos".


jueves, 19 de noviembre de 2015

Cuestionar, un acto de fe

Then I heard God say to the other men, "Follow him through the city and kill everyone whose forehead is not marked. Show no mercy; have no pity! Kill them all – old and young, girls and women and little children.”

"Anyone who blasphemes God’s name must be stoned to death by the whole community"

God’s Apostle said, "I have been ordered to fight the people till they say: 'None has the right to be worshipped but God."

"The punishment of those who wage war against God and His messenger and strive to make mischief in the land is only this, that they should be murdered or crucified or their hands and their feet should be cut off"

Estos son versos de la Biblia y del Corán, no los identifico porque no creo que sea relevante para lo que quiero argumentar.

La gente dice que las escrituras no son responsables, sino la forma en la que se interpretan. Antes que digan que escojo al azar y por conveniencia, acá dejo un dato, la Biblia cuenta con 842 versos en los que se incita a la violencia, a matar o a actuar con crueldad, mientras que en el Corán hay 333, aunque en relación páginas / versos violentos, el factor porcentual hace del Corán un libro más violento.

No creo que haya mucho que interpretar sobre "cualquiera que blasfeme el nombre de Dios debe ser lapidado hasta la muerte por toda la comunidad", la única interpretación que puede haber es en cuanto al tamaño de las piedras, o la cantidad de piedras que puede tener cada persona, ¿dos como en las bolas criollas? o tal vez, si fallas la primera vez, pierdes el derecho a lanzar de nuevo, de resto la orden es muy clara.

Cada quien tiene el derecho a creer en lo que quiera creer, pero debe haber un punto en el que muchas cosas deben cuestionarse, sobre todo si contradicen el sentido común o, como en estos libros, los mismos principios de amor que dicen tener.

"No matarás" es un mandamiento, pero en el mismo libro de Éxodos se ordena matar a todos los infieles en Jericó, hombres, mujeres y niños, animales y bestias, todo debía ser quemado, menos el oro, la plata y el bronce, que le son agradables a Dios.

Cuestionarse no es atacar la fe, es mejorarla, si usted cree que Mahoma subió al cielo en un unicornio o que Noé creó un arca capaz de desafiar la lógica, la física y la cadena alimenticia, bien, pero si sus libros lo mandan a matar, a odiar, a discriminar o a condenar, piénsolo, eso no es amar al prójimo.


Hay que tenerle fe al cambio y al poder de dudar y tener libertad de conciencia.

En eso creo.


martes, 28 de octubre de 2014

De nuevo, la misma piedra

Llegamos, otra vez, al punto donde no queríamos estar, a un año de unas elecciones fundamentales en importancia y posiblemente ganables, altamente ganables...

Sin embargo, de nuevo, este proceso electoral nos va a agarrar con los pantalones abajo y desarmados, esa es y ha sido la constante piedra con la que tropieza una y otra vez la oposición, un tropiezo que parece ser ya es amor por la piedra.

Estamos, tal vez, a un poco más de un año para las elecciones legislativas del 2015, el gobierno, sin duda, ya debe tener una estrategia electoral, un plan y raspará la olla para sacar dinero y votos. No creerlo es caer en un estado de inocencia doloroso.

Pero no es el gobierno lo que nos debe ocupar, lo que debería preocuparnos, al punto del terror, es que no haya nadie que hable de primarias, de la necesidad de estar YA, en la calle, haciendo campaña, conectando con los votantes, haciendo que eso llamado pueblo haga la relación directa entre este caos y el gobierno, un 2 + 2 necesario para sumar votos.

Pero no, esto no está pasando, porque una corriente opositora insiste en desviar la atención de la oposición, tan fácil de distraer como un mal alumno en una clase de física, con promesas falsas, inmediatas e imposibles.

Hacen uso de mentiras a medias y de mitos completos. Hablan del CNE, dicen que es imposible ganar elecciones con este CNE, pero llaman a un proceso electoral, eso es la Constituyente. Vale recordarle a Leopoldo López y a su gente que la oposición ha ganado con este CNE, que ha ido aumentando su votación y que, con buenos candidatos se gana. Los malos candidatos no ganan. Esto hay que decirlo. Voluntad Popular no es un partido atractivo, es un partido de niños aventureros, a quienes les falta calle, pueblo y votos.

Las encuestas reflejan una caída en la popularidad del gobierno, pero si no se activa un movimiento popular, cercano, de calle y no de redes sociales, de escaleras arriba y no de radios, de gente real, que cree empatía, no se habrá logrado nada.

No entender la necesidad de estas elecciones iría más allá de volver a tropezar con la misma piedra, sería hacerse un collar con la piedra y exhibirlo con orgullo.

Solo que los collares de piedra hunden a los suicidas.

martes, 10 de junio de 2014

La fiesta de los planetas (segundo cuento para Roangely)

Cada ciertos millones de años los planetas del Sistema Solar se reúnen para hablar y contar como les ha ido. La vida de los planetas no es como la nuestra, para ellos, 100 años de los nuestros son como medio segundo. La vida de los planetas se cuenta en millones y millones de años.

Todos los planetas estaban listos para la ocasión, Júpiter, el gigante de los planetas, solamente el sol es más grande que él. A Júpiter le gusta que lo vean, exhibir su gran masa, sus músculos.

Allá estaba Marte, colorado como siempre, su color rojito mostraba que siempre estaba apenado, es un planeta tímido, se ríe cada vez que sabe que sale en nuestra televisión.

Saturno con sus anillos, tan brillantes que se ven a lo lejos, ningún planeta se da este lujo. Son anillos bonitos de verdad.

Mercurio, por chiquitito, estaba ahí, pero no lo habían visto, siempre le pasaba, es el planeta más pequeño del sistema solar y el más cercano al sol, pero es el que más rápido corre, le da la vuelta al sol en menos tiempo que los demás.

Todos los planetas hablaban y reían, sus vidas en los últimos millones de años no habían cambiado, por eso esperaban a la Tierra, el planeta más bonito de todos, con ríos, mares, montañas, nubes, nieve y muchos seres vivos, algo maravilloso, la Tierra es el planeta más admirado.

La fiesta seguía y todos vieron que llegaba un planeta envejecido, sucio, con nubes grises, con selvas arrasadas, zonas áridas y empobrecidas.

Todos se miraron con horror y tristeza, no podía ser la Tierra, debe ser algún planeta de otro sistema. Pero cuando el planeta saludó, se dieron cuenta que sí, era la Tierra. Le preguntaron qué le pasó y les respondió.
Hace millones de años, cuando las montañas eran altas, los bosques frondosos, los animales libres y abundantes, los ríos dulces e impetuosos, las nieves heladas y sólidas, cuando todo era perfecto, aparecieron los hombres y las mujeres. Por años fueron torpes, mientras aprendían lo que debían saber. Luego fueron creativos, construyeron y trabajaron como ningún otro ser. Su obra fue magnífica. Hasta que inventaron la guerra, hasta que comenzaron a dañar a la naturaleza. Contaminaron, fue lo peor que pudieron hacer. Mataron a los animales, no para comer, sino por ocio, por maldad. Construyeron grandes edificios, pero ensuciaron las aguas. Crearon máquinas para transportarse, pero le hicieron un hueco al cielo. Hasta una bomba capaz de matar a millones de humanos y dañarlo todo a su paso. Botaron mucha basura.

Pero aún así, creo en la raza humana, creo en los niños, que son el futuro, sé que van a cuidar, a sembrar más árboles, a botar menos basura, a reciclar. Me van a hacer una cirugía plástica, como lo llaman ellos y en la próxima fiesta me van a ver más joven y bonita.


Todos quedaron impactados con el relato, pero al ver la confianza de la Tierra en los niños, se quedaron tranquilos y celebraron. Ellos saben que los niños van a cambiar el mundo.                                      

La confesión (cuento escrito para mi sobrina Roangely)

Hola a todos, seguro que me conocen, seguro que han escuchado mi nombre por todos lados, por la TV, a sus mamás, a sus papás, a sus maestros y maestras. Seguro que me han visto en las calles, en las playas, en las plazas, en los parques, en todas partes, en todo el mundo. De verdad, soy muy famosa, pero yo no quiero ser famosa, yo no quiero que hablen de mí, que me vean, me da pena estar por ahí.

Si la gente supiera que no me gusta que me vean, que no me gusta salir de donde debo estar, lo feliz que me hace estar cuando me tratan como deben tratarme, cuando me dan mi lugar y no me dejan por ahí, como si no le importara a nadie.

Por eso vengo a hablarles hoy.

¿Ya saben quién soy?

Soy la basura. Tengo muchas formas, puedo ser un papelito, una caja de cartón, una lata de refresco, un vaso plástico, un caucho viejo. Puedo tener cualquier tamaño, chiquitata o gigante, puedo olor bien o muy mal, en todo eso puedo ser muy diferente, pero mi origen siempre es el mismo, salgo de las manos de ustedes, los humanos.

Como ustedes son niños, quiero pedirles que me escuchen. No me boten, no me dejen tirada por ahí, métanme en un contenedor, aprendan a reciclar, pongan los vidrios juntos, las latas juntas, lo papeles por su lado. Pero por favor, no me lleven a la playa, no me gusta ir, ni a los parques, ni a las plazas. Las calles se ven mejor sin mí. Créanme.

Les confieso algo más, ustedes pueden cambiar el mundo, pueden hacerlo más limpio y bonito. Cuenten conmigo, yo no quiero ensuciarlo.


Ah, una última cosita. Quien no bota basura, tiene el alma limpia, como la de ustedes.

lunes, 14 de abril de 2014

La revolución de la culpa

Lo juro, no exagero, estoy pronto a entablar una demanda por la autoría intelectual de la expresión "la cagué". No creo que nadie la haya dicho más veces y no es que sea el campeón en eso, sino que tengo un extraño poder para reconocer que la puse, no antes, para evitarlo, sino después, a veces apenas al pasar momento, a veces a mediano plazo o largo plazo, pero de que lo veo, lo veo Y LO ADMITO.

En 1992, corriendo el 4 de febrero, un soldado, vestido de verde y con boina roja, se paró frente a las cámaras y dijo, en otras palabras, el la cagué más famoso y caro en la historia de Venezuela. El tipo se paró y aunque su palabras fueron otras, el metamensaje fue: "amigos de armas, ustedes por allá hicieron lo suyo, acá, yo la cagué"

Inmediatamente vino el por ahora y la admiración por un hombre que hizo algo impensable, sobre todo en un país donde a un presidente lo había engañado la banca, donde solo un chinito había sido responsable por la corrupción, donde el que no robaba era porque no quería. Ante el asombro de todos, ahí estaba un hombre tomando para sí la responsabilidad por un fracaso.

Sobre esa ola y con un alto nivel de populismo, ese militar se ganó la intención de voto de millones de venezolanos, que lo elegimos presidente.

Pues resulta que nunca más volvería a admitir un error, nunca más volvería, tan siquiera, a admitir que pudo equivocarse.

La revolución bolivariana devino en la revolución de las excusas. La culpa se convirtió en un objeto de terceros, en algo que se ve a lo lejos.

Crisis económica, el paro. Crisis política, en imperio. Escasez, la guerra económica o el acaparamiento o el acaparamiento doméstico. Inseguridad, los medios o los paramilitares en los barrios. La crisis de salud, el capitalismo y así por el tema que quiera. Para todo tienen un culpable.

Chávez primero, y por lógica, sus herederos, sacaron de su cartuchera revolucionaria la responsabilidad de sus acciones, en especial las negativas, son como los evangélicos, cuando eran borrachos, mujeriegos, jugadores o lo que fuera, la culpa era de un demonio, no de ellos.

Pero toda esa política de negación de la culpa le  impide al gobierno de Maduro hacer algo que sí es realmente de la Cuarta: echarle la culpa al gobierno anterior, que de verdad, la puso en grande.

Para ellos esa es su gran cagada.