martes, 21 de mayo de 2013

Qué esperar


Hay que cosas que damos por seguras, que quedan siempre en la certeza, en ese renglón de lo obvio. El sol sale y se oculta, vamos a despertar con ganas de orinar, en algún momento del día habrá una cadena de radio y televisión, alguien leerá el horóscopo y estará convencido que lo que lee es la purita verdad.

Hay reacciones que son naturales, hay acciones cuyas consecuencias son tan seguras como que 2+2 suman 4. Si usted es alérgico a los mariscos y come paella, se intoxica, si monta cachos y lo descubren, pues, cuando menos, le arman su escándalo con groserías y gritos. Si escucha regetón se embrutece. Así es la vida. Hay hechos que no dejan espacio para reacciones sorpresivas.

Una denuncia por corrupción, que implique espionaje, traición a la patria, golpes de estado, machismo, confesiones de asesinato, de entrega de armas a civiles, eventos paranormales y hasta un lado humano de alguien que actúa de manera inhumana, algo así debería tener una reacción única, obvia, investigar lo denunciado.

Pero no en la República Bolivariana, menos en el mandato del autoproclamado primer presidente obrero y chavista. No. La impunidad y el mirar a los lados llevan el sello de hecho en socialismo.

Conmueve y hasta genera simpatía la inocencia de la oposición y con esto me refiero no a los líderes, sino a los opositores de Twitter y Facebook, aquellos que ya dan por contada la caída del régimen y el ascenso de Capriles a la Presidencia.

Que estas acusaciones son serias. También lo eran las de Makleb. Que acá se dicen nombres gordos, acaso no escucharon las de Aponte Aponte? Que esto está muy podrido. Tanto como PDEVAL. ¿Quedan dudas que la impunidad y el mirar a los lados llevan el sello de hecho en socialismo?

Sin embargo la reacción, en una Venezuela bizarra y al revés, ha sido obvia y esperada. El protagonista denunciando un montaje, los implicados mostrando unión y cohesión. No se extrañe que haya una investigación, pero contra Globovisión por el montón de groserías transmitidas en un horario supervisado.

El Maestro Yoda, en el Retorno del Jedi, ya en su lecho de muerte le da a Luke Skywalker una última muestra de su centenaria sabiduría, “el crepúsculo llega y la noche debe caer, es el orden de las cosas, el orden de la Fuerza”.

Cuando no sabemos qué esperar, no solamente vivimos tiempos oscuros, vivimos en el lado oscuro de la Fuerza.

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