Hay que cosas que damos por
seguras, que quedan siempre en la certeza, en ese renglón de lo obvio. El sol
sale y se oculta, vamos a despertar con ganas de orinar, en algún momento del
día habrá una cadena de radio y televisión, alguien leerá el horóscopo y estará
convencido que lo que lee es la purita verdad.
Hay reacciones que son naturales,
hay acciones cuyas consecuencias son tan seguras como que 2+2 suman 4. Si usted
es alérgico a los mariscos y come paella, se intoxica, si monta cachos y lo
descubren, pues, cuando menos, le arman su escándalo con groserías y gritos. Si
escucha regetón se embrutece. Así es la vida. Hay hechos que no dejan espacio
para reacciones sorpresivas.
Una denuncia por corrupción, que
implique espionaje, traición a la patria, golpes de estado, machismo, confesiones
de asesinato, de entrega de armas a civiles, eventos paranormales y hasta un
lado humano de alguien que actúa de manera inhumana, algo así debería tener una
reacción única, obvia, investigar lo denunciado.
Pero no en la República
Bolivariana, menos en el mandato del autoproclamado primer presidente obrero y
chavista. No. La impunidad y el mirar a los lados llevan el sello de hecho en
socialismo.
Conmueve y hasta genera simpatía
la inocencia de la oposición y con esto me refiero no a los líderes, sino a los
opositores de Twitter y Facebook, aquellos que ya dan por contada la caída del régimen
y el ascenso de Capriles a la Presidencia.
Que estas acusaciones son serias.
También lo eran las de Makleb. Que acá se dicen nombres gordos, acaso no
escucharon las de Aponte Aponte? Que esto está muy podrido. Tanto como PDEVAL. ¿Quedan
dudas que la impunidad y el mirar a los lados llevan el sello de hecho en
socialismo?
Sin embargo la reacción, en una
Venezuela bizarra y al revés, ha sido obvia y esperada. El protagonista
denunciando un montaje, los implicados mostrando unión y cohesión. No se
extrañe que haya una investigación, pero contra Globovisión por el montón de
groserías transmitidas en un horario supervisado.
El Maestro Yoda, en el Retorno
del Jedi, ya en su lecho de muerte le da a Luke Skywalker una última muestra de
su centenaria sabiduría, “el crepúsculo llega y la noche debe caer, es el orden
de las cosas, el orden de la Fuerza”.
Cuando no sabemos qué esperar, no
solamente vivimos tiempos oscuros, vivimos en el lado oscuro de la Fuerza.
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