lunes, 27 de abril de 2009

Algo más que ficción

"Si la televisión lo dice, debe ser verdad"

Esta frase pertenece a un capítulo de la serie animada Garfield, donde el gato holgazán vive sus aventuras. En el capítulo en cuestión existe un programa de TV que muestra diferentes situaciones que más allá de ser creíbles o no, son incuestionables, porque la televisión siempre dice la verdad.

Ultimamente tres programas de TV, en especial de ciencia ficción, han planteado entre las líneas de sus diálogos, tres verdades i, tres reflexiones que por simples y esclarecedoras pudieran ser hasta dolorosas.

La primera de ellas viene del remake de Battle Star Galactica, una antigua serie basada en unas naves espaciales que huían de unos robots creados por el hombre y que se revelaron en su contra (salvo los buenos de C3PO y R2 D2, pareciera que el tema de guerra máquinas humanos es inevitable por la sed de revancha de los hechos de ojalata). 

La serie actual cuenta la misma historia, la batalla entre los humanos de los 12 planetas y los Cylons. En el primer capítulo los Cylons atacan a los 12 planetas en un cobarde ataque, tan inesperado como mortal.  Mientras eso ocurría, la astronave de Combate Galáctica estaba siendo convertida en un museo volador. Es en ese momento que surge la frase irrefutable. Durante su discurso del despedida el comandante de la nave (Bill Adama, interpretado por Edward James Olmos) habla sobre las guerras de la humanidad, de cómo jugaron a ser dioses y crearon una vida que vino a cazarlos. Finalmente cierra con esta pregunta: "después de todo lo que la humanidad se ha hecho a sí misma, merece de verdad haber sobrevivido?"

La pregunta, por más ruda que sea, por más sabor a metal oxidado que pueda dejarnos en la boca, tiene su encanto. Estamos matando a nuestro planeta, estamos matando a nuestros hermanos. Seguimos asesinando y muriendo porque nuestro Dios es el verdadero. Somos la raza que creó las drogas, la prostitución infantil, que perfeccionó el como matarse a sí misma y cada vez lo hace mejor. Merecemos sobrevivir?

El segundo ejemplo viene de la serie Los 4400, una obra de arte de la ciencia ficción que nos cuenta la vida de 4400 persona que fueron raptados por OVNIS y que son devueltos a la tierra tiempo después. Pero resulta que los OVNIS son máquinas del tiempo (fascinante idea) y cada una de estas 4400 personas ha sido devuelta con un poder especial para, oh sorpresa, salvar la tierra de los daños que nosotros mismos le hemos causado.

Lo malo es que un súper poder puede causar súper complicaciones, como la serie lo muestra. Mientras unos usan sus poderes para el bien, otros lo hacen para el mal. La dicotomía buen/malo elevada en muchas potencias.

Un personaje en particular, Jordan Collier, crea toda una revolución en torno a su figura y a su divinidad, dando pie a una suerte de secta de poderosos, donde se congregan algunos de los 4400 para seguir sus evangelios, que no son otros que la eliminación del modelo de vida actual, del hombre como lo conocemos para ser reemplazado por uno especial. La lógica de Collier es simple, eliminar al diferente, antes que éste nos elimine a nosotros. Total, los otros no merecen vivir.

La última línea es más antigua, de los Expedientes Secretos X, en su primera temporada, un capítulo llamado Hielo. En un casquete polar existía una base de investigación a la cual llega un grupo de científicos para hacer sus estudios. Por culpa de una suerte de lombriz que invadió sus cuerpos, los científicos comenzaron a matarse unos a otros. Uno de los sobrevivientes graba un video en el que, poco antes de matar a su último compañero y morir él también, dice: "no somos lo que éramos antes". 

Sólo que, dolorosamente, este grupo de civilizados científicos pasó a ser lo que la humanidad siempre ha sido, un grupo de asesinos sin control. Pasaron a ser lo que "hemos sido por años".

Lamentablemente, la televisión lo ha dicho y nuestra historia se ha encargado de mostrarnos que es verdad.


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