Cerremos los ojos por un momento e imaginemos que estamos parados en cualquier lugar donde nos guste reflexionar y darnos un tiempo para pensar. Estamos ahí, en ese punto de meditación y de pronto, de la nada, se nos presenta Dios con la tabla de los 10 mandamientos para que nos evaluemos, para que veamos qué tan apegados a ellos hemos vivido.
Los mandamientos son estos (no está de más recordarlos):
Amarás a Dios sobre todas las cosas.
No tomarás el nombre de Dios en vano.
Santificarás las fiestas.
Honrarás a tu padre y a tu madre.
No matarás.
No cometeras actos impuros.
No robarás.
No dirás falsos testimonios ni mentirás.
No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
No codiciarás los bienes ajenos.
Dios, lápiz en mano, se prepara para los checkmarks. No sé ustedes, pero yo argumentaría primero que muchos de esos mandamientos deben ser revisados y luego dejo que me evalúen.
Amar a Dios sobre todas las cosas:
bien, no tengo objeción alguna. Tal vez no sea el más amador de Dios en la tierra, pero Él sabe que tengo mi forma de quererlo.
No tomarás el nombre de Dios en vano:
para qué hacerlo yo, si ya hay suficientes locos que se creen Dios, la voz de Dios (que es la voz del pueblo). Abundan los orates y fanfarrones que se creen la reencarnación de Dios en la Tierra. La Santísima Trinidad debe reacomodarse a Santísima Cuarteta por ellos.
Santificarás las fiestas:
Guardar el domingo para ir a misa o rezar. No nos engañemos, hablamos con Dios y sobre Dios, Él sabe que la mayoría de los domingos se nos van de un supermercado a otro tratando de armar ese rompecabezas que se llama hacer mercado. También podemos usar el domingo para cocinar los almuerzos de la semana, lavar ropa (si hay agua o luz) y en muchos casos, parir la tarea que algún hijo ovidó hacer y que es para el lunes.
Honrarás a padre y madre: check
No matarás: check (aunque a veces provoca).
No cometerás actos impuros:
Otro mandamiento que hay que revisar de cerca. Creo que estamos de acuerdo en que, de todos los mandamientos, éste es el campeón de los sin sentido. No cometerás actos impuros... Con lo cara que está la vida, con la inseguridad desatada, con las colas interminables en las grandes ciudades, con las pocas opciones de distracción que hay, con todo eso y más, van a venir a quitarnos algo que es barato (generalmente gratis), divertidísimo, relajante y en especial HUMANO.
No robarás: que lance la primera piedra quien esté libre de pecados.
No dirás falsos testimonios ni mentiras:
En un país donde el "paro" y las "mentiras blancas (o verdes o más recientemente rojas) son parte del ADN nacional, donde las excusas abundan, un país que jacta de la viveza criolla, en ese país, mi país, tu país, éste es un mandamiento imposible de cumplir.
No consentirás pensamientos ni deseos impuros:
El segundo mandamiento sin sentido. No hay mejor sexo que aquel que ocurre primero en nuestras mentes y luego en la cama. Los ojos se hicieron para ver como la mente para fantasear. Además, los feos, tímidos, inseguros o enclosetados (todos aplican para ambos sexos) de alguna manera deben manifestarse y darse su gustito.
No codiciaras los bienes ajenos: pecado terrible que se resume en una palabra EXPROPIESE.
Si leyeron hasta este punto deben considerarme un hereje, un enviado de Satán o algo parecido. No los culpo, los entiendo y como buen hombre temeroso de Dios me disculpo, pero al menos, muy al menos, en este ecrito cumplo con aquello de no mentir ni dar falsos testimonios.
Dios los bendiga.
miércoles, 22 de febrero de 2012
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