Hola a todos, seguro que me
conocen, seguro que han escuchado mi nombre por todos lados, por la TV, a sus
mamás, a sus papás, a sus maestros y maestras. Seguro que me han visto en las
calles, en las playas, en las plazas, en los parques, en todas partes, en todo
el mundo. De verdad, soy muy famosa, pero yo no quiero ser famosa, yo no quiero
que hablen de mí, que me vean, me da pena estar por ahí.
Si la gente supiera que no me
gusta que me vean, que no me gusta salir de donde debo estar, lo feliz que me
hace estar cuando me tratan como deben tratarme, cuando me dan mi lugar y no me
dejan por ahí, como si no le importara a nadie.
Por eso vengo a hablarles hoy.
¿Ya saben quién soy?
Soy la basura. Tengo muchas
formas, puedo ser un papelito, una caja de cartón, una lata de refresco, un
vaso plástico, un caucho viejo. Puedo tener cualquier tamaño, chiquitata o
gigante, puedo olor bien o muy mal, en todo eso puedo ser muy diferente, pero
mi origen siempre es el mismo, salgo de las manos de ustedes, los humanos.
Como ustedes son niños, quiero
pedirles que me escuchen. No me boten, no me dejen tirada por ahí, métanme en
un contenedor, aprendan a reciclar, pongan los vidrios juntos, las latas
juntas, lo papeles por su lado. Pero por favor, no me lleven a la playa, no me
gusta ir, ni a los parques, ni a las plazas. Las calles se ven mejor sin mí.
Créanme.
Les confieso algo más, ustedes
pueden cambiar el mundo, pueden hacerlo más limpio y bonito. Cuenten conmigo,
yo no quiero ensuciarlo.
Ah, una última cosita. Quien no bota
basura, tiene el alma limpia, como la de ustedes.
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