Cada ciertos millones de años los
planetas del Sistema Solar se reúnen para hablar y contar como les ha ido. La
vida de los planetas no es como la nuestra, para ellos, 100 años de los
nuestros son como medio segundo. La vida de los planetas se cuenta en millones
y millones de años.
Todos los planetas estaban listos
para la ocasión, Júpiter, el gigante de los planetas, solamente el sol es más
grande que él. A Júpiter le gusta que lo vean, exhibir su gran masa, sus
músculos.
Allá estaba Marte, colorado como
siempre, su color rojito mostraba que siempre estaba apenado, es un planeta
tímido, se ríe cada vez que sabe que sale en nuestra televisión.
Saturno con sus anillos, tan
brillantes que se ven a lo lejos, ningún planeta se da este lujo. Son anillos
bonitos de verdad.
Mercurio, por chiquitito, estaba
ahí, pero no lo habían visto, siempre le pasaba, es el planeta más pequeño del
sistema solar y el más cercano al sol, pero es el que más rápido corre, le da
la vuelta al sol en menos tiempo que los demás.
Todos los planetas hablaban y
reían, sus vidas en los últimos millones de años no habían cambiado, por eso
esperaban a la Tierra, el planeta más bonito de todos, con ríos, mares,
montañas, nubes, nieve y muchos seres vivos, algo maravilloso, la Tierra es el
planeta más admirado.
La fiesta seguía y todos vieron
que llegaba un planeta envejecido, sucio, con nubes grises, con selvas
arrasadas, zonas áridas y empobrecidas.
Todos se miraron con horror y
tristeza, no podía ser la Tierra, debe ser algún planeta de otro sistema. Pero
cuando el planeta saludó, se dieron cuenta que sí, era la Tierra. Le
preguntaron qué le pasó y les respondió.
Hace millones de años, cuando las montañas eran altas, los bosques
frondosos, los animales libres y abundantes, los ríos dulces e impetuosos, las
nieves heladas y sólidas, cuando todo era perfecto, aparecieron los hombres y
las mujeres. Por años fueron torpes, mientras aprendían lo que debían saber.
Luego fueron creativos, construyeron y trabajaron como ningún otro ser. Su obra
fue magnífica. Hasta que inventaron la guerra, hasta que comenzaron a dañar a
la naturaleza. Contaminaron, fue lo peor que pudieron hacer. Mataron a los
animales, no para comer, sino por ocio, por maldad. Construyeron grandes
edificios, pero ensuciaron las aguas. Crearon máquinas para transportarse, pero
le hicieron un hueco al cielo. Hasta una bomba capaz de matar a millones de
humanos y dañarlo todo a su paso. Botaron mucha basura.
Pero aún así, creo en la raza humana, creo en los niños, que son el
futuro, sé que van a cuidar, a sembrar más árboles, a botar menos basura, a
reciclar. Me van a hacer una cirugía plástica, como lo llaman ellos y en la
próxima fiesta me van a ver más joven y bonita.
Todos quedaron impactados con el
relato, pero al ver la confianza de la Tierra en los niños, se quedaron
tranquilos y celebraron. Ellos saben que los niños van a cambiar el mundo.